19.1.15

La Danza de los Pronósticos: ¿2015 será un buen año?

Carlos Parodi

Conforme pasan los días, parece existir cierto consenso (a excepción de las autoridades del gobierno) en que el crecimiento del PBI en 2015 no será mayor que 4%. El objetivo de estas líneas es precisar algunos puntos al respecto. 

En primer lugar, en economía no se puede pronosticar con precisión; cuando se realiza un pronóstico (me refiero a los serios) debe asumirse cierto comportamiento de otras variables que incidirán en el resultado; por ejemplo, es distinto suponer que China va a crecer 7% que asumir 10%; dependiendo del número esperado y en la medida que Perú exporta el 18% del total exportado a China, aparecerá un pronóstico diferente. 

En segundo lugar, los economistas ven tendencias más que resultados puntuales de un año. Desde 2010, la tendencia de la mayoría de países de la región (las excepciones podrían ser Colombia, Panamá y Bolivia) es a crecer cada vez menos. Eso es el resultado de factores, tanto externos, comunes a todos los países,  como internos, que dependen de cada país y que han profundizado o amortiguado el resultado. 

En tercer lugar, el cálculo está repleto de dificultades estadísticas, de ahí que más que discutir por un decimal, es mejor observar la tendencia y ver cuáles han sido los factores más importantes en su orientación. 

Dicho esto, ¿qué elementos pueden estar detrás del “pesimismo” de muchos analistas? Para comenzar, desde 2010, el mundo se comenzó a desacelerar y, a pesar que en un principio se planteó la hipótesis del “desacoplamiento”, en el sentido que las economías emergentes podían crecer al margen de las avanzadas, los años siguientes demostraron que no era así. Los tres principales mercados de destino de las exportaciones peruanas (China, Estados Unidos y Europa, en partes iguales) han tenido comportamientos diferentes. Mientras que Estados Unidos ya comenzó a recuperarse, China se mantiene en torno del 7% anual (cuatro puntos menos que el promedio del período 2003-2011) y la eurozona se mantiene estancada. El resultado final dependerá del “arrastre” de Estados Unidos versus los frenos del resto (incluido Japón). Otro elemento a tomar en cuenta es la reducción en el precio del petróleo mundial y la cada vez más probable subida de la tasa de interés de los Estados Unidos a mediados de año. 

En el frente interno, nadie duda de las crecientes complicaciones en el campo político. La pregunta es, ¿influye la política en la economía? Como lo he tratado en un post anterior, mi opinión es afirmativa, más aun tratándose de un año prelectoral. De ahí que este año, en mi opinión, el contexto político juegue en contra y ello mantenga retraída la inversión privada. 

De esta manera, los dos motores de la economía peruana, inversión privada y exportaciones todavía tendrán comportamientos magros. El BCR ha estimado un crecimiento de la inversión privada de solo 4.5%, cifra pequeña si tomamos en cuenta que en 2014 se creció 0% y hace tres años lo hicimos en 22%. 

Por lo tanto, me resulta difícil creer en el 5.5% señalado por las autoridades del gobierno. No se trata de ser pesimista u optimista. Todos queremos que al país le vaya mejor, pero eso no es una cuestión de magia. Debemos ser fríos en nuestros análisis y decir nuestra verdad. Los tiempos de bonanza ya terminaron, como ha sido comentado en este blog innumerables veces. La coyuntura externa, excepcionalmente favorable ya terminó y difícilmente se repetirá en los próximos años, salvo mejor parecer. 

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