30.10.14

Ecologistas sobre PETROPERÚ

Germán Alarco

(Diario Uno, 24/10/2014, p.13)

Por segunda semana consecutiva un reconocido antropólogo insiste en este diario que PETROPERÚ no debe participar en la explotación del Lote 64. Sus argumentos son ambientales y sociales. Propone que la empresa propiedad de todos los peruanos se circunscriba al Proyecto de Modernización de la Refinería de Talara (PMRT), compre la Refinería de La Pampilla (ahora de REPSOL) –si se da nuevamente la opción-, reciba los lotes petroleros en la costa y una participación en todas las concesiones petroleras. Asimismo, que intervenga en el nuevo gasoducto y en la masificación del gas natural. Este planteamiento es interesante pero no supera una prueba financiera, ni de economía petrolera.

Los artículos aluden a que PETROPERÚ no tuvo la capacidad de prevenir el derrame del Oleoducto Norperuano ni de reaccionar adecuadamente a éste, al igual que lo señalado por las diversas fuerzas conservadoras del país. En efecto, la reacción fue inadecuada y la intervención del propio gobierno contribuyó negativamente. Asimismo, no sólo se sobredimensionaron en la prensa los lamentables daños al ambiente, sino se omitió señalar que este quedo confinado en el canal de contención y nunca llegó a los ríos Cuninico y Marañón. Por otra parte, no se comentó que el derrame ya recuperado se produjo por el retiro intencionado, no accidental, de unos sellos y revestimiento en la tubería lo cual actualmente se encuentra bajo investigación.

El inicio de operaciones en el Lote 64 no es un hecho cercano, ya que requiere de la autorización de PERUPETRO y se debe superar la postura negativa del MEF que insiste en la privatización de la empresa. Hasta ahora no se cuenta con el financiamiento integral del PMRT, ya que sólo se han concretado US$ 500 millones de US$ 2,730 millones. Insistir con el tema de comprar La Pampilla es un absurdo ya que se participaría en una actividad poco rentable que costaría no menos de US$ 1,300 millones entre inversión y deudas. También el gasoducto y la masificación del gas son poco rentables. En cambio, si se concreta la explotación del Lote 64 no sólo se avanzaría en su integración vertical que reduce costos sino que se generarían algunos ingresos marginales para financiar el proyecto de Talara. Se debe participar en actividades que generen renta petrolera.

Ya hemos manifestado antes que todas las actividades extractivas deben realizarse en perfecta armonía con el medio ambiente y las personas en perspectiva de corto, mediano y largo plazo, más aún cuando el ecosistema es frágil. Los protocolos existen y hay que aplicarlos con transparencia y monitoreo ciudadano. Una empresa energética estatal poderosa es la única garantía de que exista una política de seguridad energética en beneficio de todos los peruanos.

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