27.3.17

¿Déficit fiscal e inflación?

Germán Alarco
(Diario Uno, 25/03/2017, p.9)

Tradicionalmente se plantea que un mayor déficit fiscal genera inexorablemente más inflación. El origen de este planteamiento se origina en la macroeconomía neoclásica y sus variantes modernas que se enseñan y repiten al por mayor. Efectivamente, toda política que alimente la demanda de manera sostenida en el mediano y largo plazo, que no esté acompañada por la oferta, elimina su desajuste a través de mayores precios e importaciones. Sin embargo, ni la teoría ni la realidad es tan simple como parece. Toda esta discusión cobra sentido cuando el actual titular del MEF acaba de señalar que no está muy preocupado, por las urgencias, en rebasar la meta del déficit fiscal de 2.5% del PBI para 2017.

La teoría económica estándar establece varios mecanismos de transmisión para explicar ese resultado negativo pero que implican una serie de supuestos que no necesariamente se dan. El canal monetario señala que más déficit fiscal implicaría financiamiento monetario que genera más inflación. Se olvidan que el BCRP está prohibido de hacerlo y que la demanda de dinero también puede variar. El segundo circuito plantea que el mayor gasto público (aun financiado con impuestos) significa aumentar la demanda por la mayor propensión a gastar del gobierno respecto a la del sector privado. Se supone que la producción es fija o que la inversión pública desplaza a la privada, no que la complementa. Se olvidan que los resultados son diferentes si el déficit se financia con deuda interna o externa y de la opción de importar.

En las actuales circunstancias se dan varias condiciones para que el mayor déficit fiscal no genere inflación: capacidad instalada ociosa en todos los sectores productivos y divisas suficientes para importar. La regla de aumento de la inversión pública podría ser la de un monto equivalente a la contracción de la inversión privada entre el multiplicador del gasto. Asimismo, acompañarse de un MEF vigilante para facilitar importaciones en productos sensibles; de un INDECOPI con ley de control de fusiones y adquisiciones y activo en la promoción de la competencia; y un BCRP preocupado por la evolución de los márgenes de comercialización y de ganancia. Una caída de la inversión privada del 2% del PBI daría margen a un gasto adicional del 1.3% del producto.

El gobierno tiene S/. 68,951 millones depositados en el BCRP, parte de ellos aprovechables. Asimismo, los críticos deben ver lo que ocurre en el resto del mundo. Según el Banco Mundial entre 2000 y 2014 el promedio del déficit fiscal de las economías de altos ingresos fue 3.5% del PBI con una inflación de 2.2% anual. Aquí cerca, en Colombia, entre 2013 y 2014 el déficit fue 5.5% y 5.4% del PBI y la inflación fue 2% y 2.9% respectivamente. No se pongan tan nerviosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario