(Diario Uno, 1/5/2015, p.9)
La presentación del Premier en el Congreso de la República dejó mucho que desear. Se repitieron los lugares comunes en cuanto a la problemática económica. Efectivamente, nadie puede discutir la importancia de activar tanto la inversión pública como la privada, pero el discurso no fue más allá de listar los proyectos pendientes sin mencionar las nuevas medidas que se proponen. Se mantienen las carencias de siempre y a las cuales se agrega un nuevo elemento peligroso que afectaría al sector agrícola. El Congreso de ninguna forma debe otorgar facultades extraordinarias en materia administrativa y económica al Poder Ejecutivo.
La estrategia continúa enfatizando las inversiones en el sector primario exportador y en concretar algunos elementos del Plan Nacional de Diversificación Productiva. Sin embargo, a estas se agrega el impulso en las asociaciones públicas privadas (APP), las obras por impuestos y la ejecución de la obra pública ya autorizada. El mismo modelo de siempre donde no hay una estrategia multisectorial que insista en la economía doméstica. Persisten en un régimen de crecimiento basado en las ganancias para el mercado externo, donde no tienen espacio los trabajadores, las pequeñas, medianas empresas y otras formas autogestionarias. Se omitió la mención a la remuneración mínima vital y se amenazó a parte del sector agrario al señalar que se revisaría hacia la baja la franja de precios que aminora las fluctuaciones de los precios agrícolas internacionales sujetos a fuertes apoyos en las economías desarrolladas.
Se sigue sin entender que se debe cambiar el mensaje hacia los inversionistas privados, además de diversificar la cartera de proyectos de inversión y proporcionar señales claras para el mediano plazo. Las expectativas de rentabilidad deben ajustarse a las nuevas realidades de los mercados. Los precios de las materias primas y los mercados internos están comprimidos, los precios de los bienes de capital han aumentado y las tasas de interés probablemente lo harían a partir del próximo año. Sin embargo, los estándares de rendimiento del Perú son más altos que los internacionales. Se debe insistir en la inversión privada para de esta forma evitar la caída de las ganancias, el mantenimiento de los mercados y de la demanda.
La apuesta por las APP sin reflexión es peligrosa y puede significar altos costos en el largo plazo. Tienen virtudes, pero también problemas si no se aplica el comparador público privado y si los contratos se renegocian continuamente. Asimismo, si no hay priorización, selección adecuada de tecnologías y no se miden adecuadamente los pasivos contingentes, entre otros problemas. Para salir del actual atolladero es imprescindible que el gobierne amplíe su paradigma de política económica.
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