(Diario Uno, 20/10/2015)
El Ministro de Economía y Finanzas acaba de anunciar que en este gobierno no se propondrá una nueva reforma laboral. Esta es una noticia que debe alegrar a todos en la medida que sólo pretenden desregular el mercado de trabajo a la par que intervienen en otros mercados. El tema salió nuevamente a la palestra a propósito de la reciente reunión del Banco Mundial (BM) y del FMI en Lima. Sin embargo, más que una materia de la agenda global, este fue relievado sólo por el decano de la prensa nacional y algún que otro despistado del BM y del FMI.
La directora gerente del FMI señaló que los grandes retos de la economía nacional son la creación de infraestructura y de capital humano. No sólo sabe que el tema laboral es sensible, sino que desde el propio BM y FMI se han realizado diversos estudios que resaltan los problemas que genera la elevada desigualdad a nivel económico, social y político. También se reconoce, en coincidencia con la Organización Internacional del Trabajo, que se debe fortalecer la negociación colectiva y que los salarios mínimos son un instrumento relevante. Sin embargo, las áreas operativas del BM y FMI siguen operando de acuerdo a los criterios tradicionales de debilitar y flexibilizar el mercado de trabajo. Por otra parte, lo que dijo exactamente el economista en jefe del BM para América Latina fue que si bien una política activa de salario mínimo en épocas de bonanza ayuda a reducir la desigualdad, ahora puede ser un freno para la recuperación de los países.
Efectivamente los efectos de un aumento de la remuneración mínima vital (RMV) son obviamente más positivos cuando la economía está creciendo que cuando está desacelerada, pero no es una propuesta a desechar, reconociendo que hay límites. La RMV es un costo de producción pero al mismo tiempo fuente de ingresos y de demanda, que tiene impactos diferenciados en los diferentes estratos de la Sociedad. Al respecto, Krugman (2015) nos recuerda que: mi gasto es su ingreso y su gasto mi ingreso. Los economistas neoliberales abusan del ceteris paribus haciendo un análisis parcial de la realidad y cometen la falacia de composición al olvidar que lo que puede no ser tan bueno para un empresario individual es positivo para todos en conjunto.
El decano de la prensa nacional insiste en el tema. Sigue señalando que subir la RMV y las denominadas rigideces de la regulación estatal eleva la informalidad laboral, que según ellos es un grave escollo para el desarrollo. Se olvidan que la informalidad surgió por la incapacidad histórica de absorber productivamente a la población en edad de trabajar. En el peor de los casos, si se evita que las empresas formales se informalicen, ¿por qué razones deberíamos asustarnos de que haya más empleo e ingresos informales?
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