(Diario Uno, 19/12/2015, p.9)
La Oficina de Normalización Previsional (ONP) se encarga tanto de la gestión administrativa como de la calificación y pagos de los derechos pensionarios del Sistema Nacional de Pensiones. Por otra parte, el Fondo Consolidado de Reservas Previsionales (FCRP) es responsable de la administración de sus inversiones, cuyos resultados se entregan a la ONP. Ambas instituciones están bajo el ataque de un segmento importante del sector privado, incluidas las AFPs, que quieren desaparecerlas. Hay problemas serios con la ONP, comenzando con la lenta y mala atención a los trabajadores pero la situación financiera del FCRP no es tan negativa como la pintan.
El primer tema que llama la atención son los problemas de fondo de la misión y visión de la ONP que están orientadas hacia aspectos instrumentales. En la misión se habla de seguridad previsional (minimizar tiempos de espera) otorgando pensiones mediante un servicio público eficiente, predecible y transparente. Su visión es difusa al afirmar que son líderes del servicio público en materia previsional. Nada se comenta sobre proporcionar pensiones y servicios cada vez mejores para satisfacer las necesidades de los trabajadores y pensionistas. Por otra parte, no se entiende por qué para acceder a una pensión corresponde al trabajador presentar boletas de pago, certificados de trabajo, declaración jurada del empleador, copia de los libros de planillas, entre otros requisitos.
En materia financiera el FCRP tuvo un rendimiento por inversiones del 6.1% anual en 2014 con activos por S/. 13,079 millones y del 7.4% en 2013. Estos resultados son superiores, por ejemplo, a los fondos tipo 2 de todo el sistema privado de pensiones que tuvieron un rendimiento de 8.9% y -0.04% en 2014 y 2013 respectivamente. Por otra parte, es obvio que los resultados financieros de la ONP están mal. En 2014 la pérdida fue de S/. 6,241 millones y se acumula un patrimonio negativo de S/. 76,565 millones. Sin embargo, la transferencia anual del gobierno fue por S/. 2,421 millones y hay problemas de contabilidad de la institución. Mientras los pasivos por pensiones están actualizados mediante un estudio actuarial, no hay registro de todas las obligaciones históricas de los gobiernos con esta y la anterior institución titular de estos derechos y obligaciones. No se debe olvidar la apropiación de recursos, los adeudos nunca pagados, la incorporación de sistemas de jubilación sin fondos y la mala administración.
Hay que hacer una reingeniería profunda de la institución que excede al MEF. Asimismo, se debe transparentar la contabilidad institucional no sólo por el lado de los pasivos, sino de los activos. El gobierno debe seguir aportando a la institución tanto como una obligación histórica como por práctica internacional.
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