16.2.15

BCRP adormilado

Germán Alarco
(Diario Uno, 13/2/2015, p.10)

La política del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) para reducir los niveles de endeudamiento en moneda extranjera de las familias y empresas es positiva. La campaña está en todos los medios de difusión y viene con medidas para que los bancos privados actúen en consecuencia. Su necesidad es obvia en la medida que la moneda nacional se está depreciando respecto del dólar americano y la expectativa es que esto continúe en todo 2015. Lo anterior, debido al desequilibrio en la balanza comercial por los menores precios de nuestros productos mineros, la salida de capitales como resultado de la previsible reversión de la política monetaria en los EE.UU. y la elevación de las tasas de interés internacionales. Sin embargo, estas acciones son tardías, al igual que lo ocurrido con la mayor parte de la política monetaria y cambiaria de los últimos años.

El BCRP quiere desdolarizar luego de que dejó que la moneda nacional se apreciara hasta S/. 2.5 por dólar entre julio de 2009 y marzo de 2013. Esta decisión elevó la propensión a importar, redujo el multiplicador del gasto y se perdió 1.3 y 1.5 puntos porcentuales del PBI en 2012 y 2013. Nos hizo adictos a las divisas. Volvió a equivocarse cuando entre agosto de 2013 y agosto de 2014 insistió en mantener la paridad cambiaria en S/. 2.80 por dólar. Allí se perdieron más de US 10,000 millones de nuestras reservas internacionales, mientras que se dejó de acumular al menos otra cantidad similar cuando debió comprar para evitar la apreciación de la moneda nacional.

A estos errores hay que sumar la reciente reducción de la tasa de referencia de la política monetaria de 3.5% a 3.25% en circunstancias en que se anunciaba el bajo crecimiento de la producción de noviembre de 2014. El BCRP no puede actuar esperando la información oficial ya que con este comportamiento ex post, no sólo refleja incompetencia, sino que afecta negativamente las expectativas empresariales en 2015. Los agentes económicos identifican cada reducción de tasas como respuesta al deterioro de la situación económica. Todos los ajustes hacia la baja debieron realizarse en 2014. No hay que olvidar que el BCRP reaccionó tarde en la crisis financiera internacional bajando la tasa seis meses después del colapso de Lehman Brothers en febrero de 2009 y recién en noviembre de 2014, luego de 11 meses de la primera caída fuerte de los precios y la demanda de minerales.

La falta de oportunidad en las medidas reduce su efectividad. Cuando se reducen encajes y bajan tasas de interés en plena crisis se pierde potencia porque los bancos privados prestan menos y acumulan por seguridad más recursos en su propia caja. Asimismo, actuar ex post contra la inflación no tiene sentido. Aunque difícil, es hora de que el BCRP despierte.

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