23.2.15

Falacias sobre RMV

Germán Alarco

(Diario Uno, 20/2/2015, p.10)

Ni bien se ha mencionado la posibilidad de estudiar el aumento de la Remuneración Mínima Vital (RMV) las reacciones en contra han sido inmediatas. Estas la encabezan, como siempre, el decano de la prensa nacional con su editorial del fin de semana, una segunda página completa del diario la semana anterior, varias columnas de sus analistas y diversos comentarios negativos en sus diferentes medios de difusión. Lo anterior, aun cuando el gobierno ha señalado que este tema deberá discutirse ampliamente en el seno de Consejo Nacional del Trabajo y de proceder la RMV se ajustaría a partir del segundo semestre del año. Al momento del anuncio, el titular del MEF señaló que el ajuste podría ser en 2016 pero luego se retractó. Sin embargo, nadie sabe si la drástica caída de la popularidad de la pareja presidencial pueda cambiar el procedimiento y fecha anunciada.

Las críticas al ajuste de la RMV son similares a las que se plantearon un año atrás cuando la izquierda colocó el tema en agenda, aunque con ligeras diferencias. Ahora se señala que la RMV solo beneficiaría a 100,000 trabajadores aunque otro de sus expertos habla de 200,000. Si ese fuera el caso, ¿por qué tanta reacción adversa si el impacto sería marginal? La verdad es que un estudio realizado en el BCRP anota que alrededor de la RMV hay entre ochocientos mil y un millón de trabajadores. No nos referimos a su efecto inductor sobre el resto del abanico salarial y los ingresos de ciertos sectores de los independientes.

Otro argumento en contra es que un aumento afectaría negativamente las expectativas de los empresarios. Esto no tiene nada de nuevo, ya que para cada empresario las remuneraciones son un costo de producción y no demanda. Los empresarios y analistas cometen una falacia de composición, ya que lo que es bueno para uno no lo es para todos. Si se reduce el peso de los salarios en el PBI, con un mercado externo estancado, disminuyen las ventas en general. Por otra parte, también abusan del ceteris paribus, ya que sólo consideran que subir los salarios reduce la contratación de trabajadores olvidándose que al incrementar la masa salarial, se elevan los ingresos, la demanda y las  ventas. Por otra parte, el efecto ingreso es mayor que el de precios relativos.

El maniqueísmo del decano de la prensa nacional es extremo cuando se presenta la evolución nominal, lógicamente creciente, de la RMV. Su análisis es de corto plazo. Si se presentara la RMV real nos daríamos cuenta que está entre la mitad y la tercera parte de los años sesentas y setentas. Mantener su poder de compra a niveles de enero de 1962 equivaldría a S/. 1,400 y S/. 1,800 de enero de 1980. Efectivamente subir la RMV ahora sería menos efectivo que hace un año atrás, pero preferible tarde que nunca.

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