28.4.15

Refundar Proinversión


Germán Alarco

(Diario Uno, 24/4/2015, p.9)

Tanto en una visión de mediano y largo plazo como para la coyuntura actual la inversión privada es una pieza central para el crecimiento económico. El organismo oficial dedicado a promoverla es Proinversión. A partir de la lectura de su misión no habría mayores observaciones: promover la inversión para impulsar la competitividad y el desarrollo sostenible para mejorar el bienestar de la población. Sin embargo, la realidad difiere de la teoría. Ya otros analistas han señalado que en los últimos años su papel ha sido deslucido, circunscribiéndose a la promoción de concesiones.

Proinversión no tiene una visión de largo plazo sobre las necesidades integrales de inversión del país. No conoce y menos transmite los requerimientos sectoriales de inversión de aquí a uno, cinco, diez, veinte o treinta años por delante. Tampoco tiene una estrategia asociada a un modelo de crecimiento, aunque quizás eso es pedir demasiado. Sólo trabaja para los grandes inversionistas, mientras que los pequeños y medianos y otras formas de propiedad colectiva no están considerados e integradas. La articulación con los programas de inversión pública es inexistente.

No hay énfasis alguno en los sectores, regiones y localidades más necesitadas ni en reducir las desigualdades extremas que dividen al país. Tampoco se procura mejorar continuamente la calidad de la inversión orientándola hacia actividades que tengan mayor procesamiento, contenido, transferencia tecnológica y de conocimientos. No se busca que la inversión genere mayores encadenamientos en la producción y empleo, ni se cuentan con criterios de priorización transparentes. En lo formal no se tienen buenos registros de la inversión y reinversión extranjera en el país. Hay serios problemas de transparencia de la información, ya que sólo se consigna la relativa a aspectos legales y contractuales de los procesos realizados, faltando las evaluaciones técnicas y financieras, valorizaciones y de otros temas económicos que tampoco muestran los reguladores sectoriales.

El enfoque y políticas de este gobierno para promover la inversión privada tienen serios problemas. Es esencial una reingeniería profunda de Proinversión. Asimismo, hay que pensar en la inversión privada como complemento de la pública, actuar estratégica y multisectorialmente y abrir el abanico de oportunidades más allá de las asociaciones públicas privadas. Se debe dar señales claras para el mediano y largo plazo en cuanto a la evolución del tipo de cambio real, crecimiento estable y sostenido de los ingresos reales de la población, no desproteger a las actividades económicas locales, apoyo efectivo para lograr espacios en los mercados externos, entre otras políticas. En fin toda una nueva agenda para el próximo gobierno.

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