(Diario Uno, 24/6/2016, p.10)
En la propuesta de plan de gobierno del candidato electo se incorporaron algunas iniciativas de reforma del Poder Ejecutivo. Ya está circulando la relativa a crear un Ministerio de Apoyo a las Regiones; quedaría pendiente la de un Ministerio de Infraestructura que integraría las funciones de transporte, comunicaciones, vivienda, construcción y saneamiento. Al respecto, tanto la distribución por partidos políticos en el Congreso de la República, como la reacción adversa de Fuerza Popular ante los resultados electorales colocarían en entredicho la factibilidad de convertir estas propuestas en leyes; sin embargo, hay algunos márgenes de maniobra.
Tradicionalmente, todos los esfuerzos por racionalizar la estructura del Poder Ejecutivo son concebidos dentro de la perspectiva neoliberal de reducir el grado de influencia del Estado en la economía y la sociedad. De partida, si esa es la visión de PPK, habría que manifestar nuestra posición en sentido contrario, ya que las condiciones actuales y futuras de la economía internacional plantean la necesidad un Estado de mayor tamaño, calidad (eficacia) y de mayor eficiencia.
Sin embargo, se debe reconocer que a lo largo del tiempo la estructura del Estado se ha enmarañado cada vez más con el efecto de complejizar y trabar sus decisiones tanto estratégicas como operativas. Es una estructura frondosa centralizada en Lima a la par que está desarticulada, llena de compartimentos estancos, traslapes parciales, ausente en el interior y de difícil conducción que refleja muchas historias e intereses particulares. Tampoco se correlaciona con las estrategias que deben ser su punto de partida. Hay mucho que hacer en términos de los ministerios y las instituciones públicas para ser más eficaz y eficiente con el objetivo de satisfacer las necesidades de la población.
Al respecto, hay que dividir el MEF en dos para balancear la estructura del estado. De una parte, planeamiento, descentralización y economía, y en la otra hacienda. ¿Por qué no integrar educación, cultura y deporte?, ¿por qué no unir desarrollo e inclusión social con derechos humanos, mujer y poblaciones vulnerables?, ¿por qué no crear un ministerio para la diversificación productiva, comercio exterior, ciencia, tecnología e innovación? En el caso de la integración y fusión de organismos descentralizados que ahora operan aisladamente: ¿cuál es el sentido de una Autoridad Nacional de Puertos que debería ser una dirección general del ministerio de Infraestructura?, ¿no se pueden fusionar todos los institutos de investigación públicos para maximizar recursos?, ¿Sucamec y Migraciones no son direcciones generales del Ministerio del Interior?, ¿por qué no fusionar Indeci con el Cenaped?, En fin, la lista es larga.
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