20.8.14

¿Pronósticos Económicos o Concursos de Belleza?

Jurgen Schuldt

En un célebre pasaje de su «Teoría General» (1936), Keynes ironiza sobre la forma como la mayoría de inversionistas decide dónde asignar su dinero para maximizar ganancias. Para ese efecto alude a «esos concursos de los periódicos en que los concursantes tienen que seleccionar las seis caras más bonitas entre un centenar de fotografías, ganando el premio aquel competidor cuya selección corresponda más aproximadamente al promedio de las preferencias de los competidores en conjunto, de tal manera que cada concursante ha de elegir, no los semblantes que él mismo considere más bonitos, sino los que crea que serán más del agrado de los demás concursantes, todos los cuales observan el problema desde el mismo punto de vista». 

Ajustando algo abusivamente la metáfora al caso de los pronósticos que acostumbramos hacer los economistas a fin de cada año para el siguiente, observamos que siempre son casi idénticos entre sí. Trátese de la tasa de crecimiento económico, del tipo de cambio o de la inflación, curiosamente los varios cientos de expertos que encuesta mensualmente el Banco Central coinciden casi completamente. A su vez ésas son iguales a las que acostumbra proyectar el propio Banco Central y el MEF. 

A modo de ilustración, recordemos la tasa de crecimiento económico que vaticinaban unos 400 expertos en diciembre pasado para el año 2014, según las encuestas que realizó el BCR entonces. Los «analistas» (unos veinte expertos) y los de las «empresas no financieras» (alrededor de 350) estimaron que sería 6%, mientras que los del «sector financiero» (otros 20) apostaban por un 5.6%, apenas cuatro décimas menor que la gran mayoría. Ese mismo mes, el propio BCR afirmó que el crecimiento del PBI para el 2014 también sería del 6% (Ver Tabla adjunta). Esa tasa consensuada relativamente alta permite entender por qué los autoridades económicas no adoptaron medida alguna para evitar la desaceleración de la economía durante prácticamente todo el primer semestre del presente año, a pesar de que la ralentización ya había comenzado durante el segundo trimestre del año pasado. 

Pero aquí lo que nos interesa es ¿Cómo entender el sorprendente fenómeno de similitud predictiva colectiva, que apuntaba a un mágico 6% para 2014? Al margen que después resulte –como viene sucediendo este año- que tales pronósticos (casi) unánimes resulten muy o completamente equivocados, pensamos que esa curiosa coincidencia se ajusta a la lógica del comportamiento que se despliega en los concursos de belleza –que más parecen de simpatía- descritos por Keynes. 

Proceso que, por lo demás, también se puede observar en el proceder de la mayoría de consumidores de bienes (y hasta de ideas): compramos –es un decir- la misma marca de zapatos o o el mismo tipo de vino, porque los demás de nuestro «grupo de referencia» también lo hacen, aunque no necesariamente nos gusten; pero con lo que nos aseguramos «estar in». Se trataría, por tanto, más técnicamente, de un comportamiento que calza con una variedad muy común de «externalidad en el consumo»: la de los «bienes ciempiés» (bandwagon). Y, a medida que cambia la moda, que generalmente fija un economista o institución de prestigio (BCR, FMI o exministro de Economía) todos van girando en la misma dirección, como se puede observar en los pronósticos que se han ido ajustando entrelazadamente a lo largo del primer semestre de este año (véase la Tabla adjunta).

PRONÓSTICOS DE CRECIMIENTO ECONÓMICO ANUAL DEL 2014 (medianas)
Fecha de las
encuestas
Analistas
Sector
Financiero
Empresas no
financieras
Banco
Central
Dic 31, 2013
6.00%
5.60%
6.00%
6.00%
Mar 31, 2014
5,70%
5.50%
5.50%
5.5%**
Jun 30, 2014
5.70%
5.40%
5.00%
n.d.
Jul 31, 2014*
4.10%
4.30%
4.50%
4.40%
(*) Tasas promedio; (**) Abril
Fuente: BCRP, Encuesta de Expectativas Macroeconómicas e Informes Mensuales de Inflación.

Y en estos días, en que han vuelto a cambiar los vientos para los ciempiés, todos se están guiando por lo que es evidente para el año. Moody’s afirmó que finalmente creceríamos 4%, Credit Suisse acaba de decir lo mismo, un siempre sonriente exministro de Economía ha dicho que «las cifras económicas para el año 2014 no serán buenas y probablemente alcancemos, casi raspando, un crecimiento de 3% a 4%» y, pocos días después, otro nunca sonriente exministro del ramo vuelve a repetir que «muy probablemente terminaremos el 2014 con un crecimiento en el rango de 3%-4%». De manera que durante los próximos días y meses, en presencia del efecto ciempiés o de arrastre, escucharemos hasta el hartazgo –el concurso de belleza ha vuelto a comenzar- que este año el crecimiento del PBI girará en torno al 3.5%, cuando los dados ya están echados. Y no nos sorprendamos que haya quienes digan que así lo habían pronosticado hace más de un año.

Y es eso lo que parece «motivar» a los pronosticadores: evitar diferenciarse de los demás. Piensan que es mejor equivocarse como todos, que atinarla en solitario. «Compartir lo que es considerado política y económicamente correcto» sería el Leitmotiv de tal proceder. Porque apartarse de la opinión mayoritaria significa arriesgarse al ostracismo, aunque después el desterrado tenga razón. A ese respecto son célebres los casos de economistas que, en su momento, se negaron a plegarse al «bulto» o, para decirlo con Ionescu, a convertirse en rinocerontes. El más notorio (y denostado) de tiempos recientes fue el de Nouriel Roubini (Dr. Doom) quien fue (casi) el único que predijo la Gran Recesión estadounidense. Más cercano a nosotros, vale recordar los pronósticos para el 2009 en Perú: Mientras el MEF y el BCR decían que creceríamos al 7% y 6.5%, respectivamente, Waldo Mendoza, quien –más de un año antes de suceder- estimó que la economía peruana no crecería un ápice (es decir, 0%), después de haberlo hecho al 9.1% en 2008. Al final este último estuvo más cerca al 0.9% que fue el resultado que efectivamente se dio. Por cierto, no faltaron quienes en ese momento lo acusaron de lo peor.

Un tercer ejemplo, ya en lo que respecta al 2014, a fines del año pasado, otro «aventado» economista concluyó una entrevista afirmando: «Así que el año entrante creceremos 4% con muy buena suerte» (Gestión, diciembre 5, 2013). Son buenos dos puntos porcentuales menos que el 6% por el que todos apostaban para este año. Los creativos comentaristas se dispararon contra el autor con las más variadas bellezas, tales como esta joyita de las más tiernas: «más parece la brujita jossie diez canseco haciendo predicciones que un economista». 

Sin embargo, si se les preguntara a los encuestados cómo llegaron a su pronóstico, nadie aceptaría esa hipótesis tan disparatada del «efecto rebaño» y dirán que lo hicieron por experiencia o a ojo de buen cubero o por intuición o conversando con amigos del sector o argumentando o leyendo los diarios o en base a un modelo macroeconométrico. Sin duda, también tendría que haber influido su propia situación económica y la del sector en el que se desempeña. Lo que suena sensato. La duda surge cuando pensamos que es imposible llegar a un mismo resultado cuando se aplican tan variados métodos que derivan de una miríada de condiciones subjetivas de los encuestados. Tiene que haber algo en común para entender las coincidencias milimétricas y ese es precisamente el efecto «concurso de belleza», que más parece de simpatía y por la necesidad de «quedar bien», en que actúa el «efecto ciempiés».

Para que no quepa duda de la validez de esa hipótesis, veamos unos pronósticos más próximos, basados en otra modalidad de encuesta, realizada por Reuters a 14 empresas financieras y de consultoría muy sofisticadas, pocos días de conocerse el crecimiento de Junio. Por medio de ella, antes de conocerse el veredicto del INEI (0.3%), únicamente se les pedía que dijeran a qué tasa anual crecería la economía en junio de este año. Como se hizo en privado, nadie podía consultar, leer u oír a los demás «Jurados». El diario Gestión recogió las predicciones resultantes, ordenadas de la menos a la más pesimista: «Barclays Capital (3.10%), BNP Paribas (2.40%), Itau Banco (2.20%), JP Morgan (1.90%), Goldman Sachs (1.80%), Morgan Stanley (1.70%), UBS (1.50%), Capital Economics (1.50%), 4CAST (1.40%), Intéligo SAB (1.30%), Scotiabank (1.30%), Thorne and Associates (1.30%), Maximixe (0.60%), BBVA Banco Continental (-0.20%)». Lo que resultó en un promedio del 1.5%, pero con diferencias entre ellos que ya no representan décimas de punto sino sorprendentes 3.3 puntos porcentuales. De paso, el INEI informó que la economía había crecido 3.3% durante el primer semestre de este año y, para calmar las expectativas, las autoridades afirmaron –como siempre- que «ya hemos tocado fondo».

Sin embargo, regresando al argumento central, cuando se cumple el pronóstico del supuestamente despistado todos pierden la memoria. Es en ese momento que se dedican –como en estos días- al pronóstico de desaceleración de la economía en base a la «Ley ex post facto»; es decir, cuando ella ya se realizó. Sabiamente, en «Rinoceronte», obra maestra del teatro del absurdo, Eugene Ionesco le hace decir a Daisy (recriminando a Berenger) lo mismo que habría que achacarnos a la mayoría de economistas: «Tu no has pronosticado nada. Nunca lo haces. Tu solo puedes pronosticar las cosas después que ellas sucedieron»-

Craso error sería concluir de estas observaciones que no deberían ensayarse pronósticos. Todo lo contrario, dada la juventud de la ciencia económica –a pesar de sus aparentes sofisticaciones- aún no estamos en condiciones de predecir con la aproximación requerida (nadie pretende exactitud) y aún se puede aprender mucho de los errores. Porque el yerro nos obliga a preguntarnos ¿qué variables no consideramos o subvaluamos al realizar la predicción y qué necesitamos ajustar para mejorarla a futuro?

Además, hay que tener en cuenta un hecho, el que de paso puede servir de excusa para todo economista que se equivoca en su pronóstico: nuestra economía es como una chalana en mar abierto, sujeta a fluctuaciones al desatarse el menor viento en aguas internacionales; barcaza que además está tripulada por marineros domésticos que no saben remar al unísono, por lo que siempre peligran terminar a la deriva.

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P.D.: Pocos minutos después de haber culminado este artículo, la edición vespertina del diario Gestión de hoy, informa que el «BCR reduce estimado y prevé crecimiento más cercano al 4% para el 2014»; Lima, agosto 20, 2014; 10:47 a.m. (http://gestion.pe/economia/bcr-preve-crecimiento-economico-cercano-al-4-2014-2106189?utm_source=gestion&utm_medium=mailing&utm_campaign=newsletter_2014_08_20).
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Textos mencionados o citados:
  • BCRP. Encuesta de expectativas macroeconómicas e Informes mensuales de inflación; varios números, 2014.
  • Carranza, Luis. «7%». En: El Comercio, agosto 19, 2014; p. A21 (http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/7-luis-carranza-noticia-1750802?ref=portada_opinion&ft=mod_losmas&e=nota_1).
  • Diario Gestión. Entrevista. «Economía peruana crecerá solo 4% en los próximos cinco años», diciembre 3, 2013 (http://gestion.pe/economia/jurgen-schuldt-economia-peruana-crecera-solo-4-proximos-cinco-anos-2082679).
  • Diario Gestión. De la agencia Reuters: «Estimados para junio 2014». Lima, agosto 13, 2014 (http://gestion.pe/economia/bbva-estima-que-junio-economia-caera-02-mientras-que-barclays-proyecta-crecimiento-31-2105571).
  • Diario Gestión: «Credit Suisse recorta estimado de crecimiento de Perú a 4%, desde 4.3%». Agosto 19, 2014 (http://gestion.pe/impresa/credit-suisse-recorta-estimado-crecimiento-peru-4-desde-43-2106001).
  • INEI. Producción Nacional – Junio 2014. Informe Técnico No. 8, agosto 2014 (http://www.inei.gob.pe/media/principales_indicadores/boletin_produccion.pdf).
  • Ionesco, Eugene. Rhinoceros and other Plays. Nueva York: Grover Press, 1960; p. 99.        
  • Kuczynski, Pedro Pablo. «¿Se acabó el milagro economico peruano?». En: El Comercio, agosto 10, 2014; p. A22 (http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/se-acabo-milagro-economico-peruano-pedro-p-kuczynski-noticia-1748764).
  • Leibenstein, Harvey (1950). «Bandwagon, Snob and Veblen Effects in the Theory of Consumer Demand». En: Quarterly Journal of Economics, Vol. 64 No. 2; pp. 183-207.
  • Mendoza, Waldo. «Waldo Mendoza expuso sobre la Crisis y su Efecto en Perú: El crecimiento sería cero el 2009». En: La República, octubre 28, 2008 (http://www.miningpress.com.pe/nota/92906/waldo-mendoza-expuso-sobre-la-crisis-y-su-efecto-en-per). Del mismo autor: «¿Cómo crecer el 2009?». En: El Comercio, noviembre 20, 2008.



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