(Diario Uno, 30/6/2017, p.9)
Se dice de la persona que estando muerta resucita o vuelve a la vida por acción de un hechicero vudú u otro procedimiento. Es también el apelativo que el premio nobel de economía Paul Krugman asigna a los analistas, congresistas, senadores y economistas norteamericanos que resucitan teorías del pasado que no tienen evidencia alguna y que han demostrado repetidamente su fracaso. En particular, en el caso de los EE.UU., se refiere principalmente a quienes propugnan la reducción de los impuestos a los más ricos con el argumento de aumentar la recaudación tributaria y reavivar el crecimiento económico. Los lamentables acontecimientos relacionados a las condiciones de trabajo cuasi esclavas en Las Malvinas y en otras galerías comerciales y los problemas desatados con el etiquetado de la leche evaporada, son entre otros, ejemplos de que la autorregulación y muchos otros preceptos de la economía neoclásica y del neoliberalismo no tienen asidero alguno. La lista de conceptos de la economía vudú en el Perú es larga.
Es probable que el mayor golpe reciente a esta economía corresponda al supuesto del adecuado funcionamiento de la autorregulación de los mercados. Desafortunadamente, el individualismo extremo y la avaricia son valores superiores a los de la responsabilidad social empresarial que debe preocuparse de los clientes, proveedores, trabajadores, la comunidad, todos sus accionistas (sin importar el poder) y frente al Estado. Aquí son pocas las empresas que en serio llevan a la práctica estos principios.
Otro grave error consiste en suponer que todos los agentes económicos son racionales. Con base a ese precepto se afirma que los sistemas de pensiones deben ser voluntarios, no obligatorios. La evidencia ha demostrado que nuestro horizonte de planeación y visión solo opera, en su caso, a corta distancia. En la misma línea están todos los académicos que sostienen que los mercados funcionan siempre de manera competitiva y eficiente. Por ejemplo, se olvidan de la competencia imperfecta asumiendo que eliminar a la empresa petrolera estatal no es garantía alguna para que bajen los precios de los combustibles.
Muchos analistas, académicos y empresarios se confunden extrapolando la realidad de nivel microeconómico al nivel macro. Una cosa no tiene mucho que ver con la otra. Se puede ser eficiente y racional pero el resultado en el conjunto es diferente. Irving Fisher (1933) nos relató como el auge conduce al sobre endeudamiento, a las posteriores ventas y liquidaciones masivas de activos y al crack. No se debe olvidar que las crisis también se gestan en el auge. La formación y explosión de burbujas financieras y la enfermedad holandesa son algunos de sus ejemplos. Es bueno que contrasten sus teorías con la evidencia y otras teorías.
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