(Diario UNO, 25/8/2017, p. 9)
A finales de la semana pasada se publicó una entrevista al Director Ejecutivo de Proinversión, la agencia estatal de promoción de la inversión privada. Hubo elementos interesantes pero también otros susceptibles de críticas. Por otra parte, se observan algunas mejoras en su página web, como una mayor transparencia, al mostrar la información sobre los procesos en que se participó. Sin embargo, falta toda la relativa a los procesos concursales, las evaluaciones técnicas y económicas de las propuestas, entre otras.
Dentro de lo positivo de la entrevista se destacó el haber realizado una reforma institucional que parte del marco normativo y una reorganización con una nueva estructura y reglamento de operación y funciones. Todo lo anterior –según se afirma- para que no vuelvan a ocurrir los problemas del pasado. Fueron desafortunadas las expresiones de que esta agencia se parecería a la de un banco de inversión y que está al servicio exclusivo de la estructuración de proyectos de asociaciones público-privadas (APP). Un banco de inversión capta recursos y asiste a privados en obtener capital para sus proyectos; también apoya a las empresas en operaciones de fusiones y adquisiciones y otras. Proinversión debe promover proyectos que traigan financiamiento integral bajo el brazo. Asimismo, ¿por qué promover sólo APP y no inversión privada en general identificando brechas y necesidades con el Ceplan?
Todo evoluciona en el tiempo. ¿Por qué no insistir en procurar una mejor calidad de la inversión privada (por ejemplo, mayores encadenamientos de producción y empleo, mayor procesamiento y contenido tecnológico, integrar mercados, mejorar la distribución del ingreso)?, ¿sólo promover la competitividad y su desarrollo sostenible?, ¿debería haber algún énfasis en regiones y estratos específicos del país?
La promoción de la inversión privada es un proceso en que confluyen los diferentes niveles de gobierno, Proinversión y otros, donde es necesario mejorar las capacidades de todos. El organigrama con sesgo sectorial es relevante, pero hay que mejorar actividades transversales a los proyectos. Hay que apoyar la formulación de estos y su análisis financiero. Sin embargo, también son imprescindibles un área de ingeniería y costeo para lograr la mejor opción tecnológica y que evalúe al detalle los costos e inversión de las diferentes alternativas existentes. Asimismo, otra área de evaluación económica que analice la pertinencia de los proyectos, aplique el comparador público privado (seleccionando entre la modalidad de ejecución como inversión pública o APP), los costos fiscales y las condiciones de competencia. Hay que impedir que la improvisación, ideología, intereses particulares y la insuficiencia de análisis técnico-económicos nos dañen.
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