En marzo de este año, Michael Porter, Scott Stern y Michael Green presentaron el Índice de Progreso Social 2014 (en adelante, IPS) para una muestra de 132 países. El objetivo de lPS es analizar el progreso social más allá del PIB por habitante. En distintos post he señalado que el PBI, sea o no por habitante, no es un indicador de bienestar; su crecimiento es una condición necesaria pero no suficiente para elevar el bienestar; por eso, puede haber países con un alto PBI por habitante y un bajo nivel de calidad de vida.
El IPS busca colocar en el tipo de la agenda “lo que realmente le interesa a la gente”; indican los autores que “no puede ser exitosa una sociedad que no logra satisfacer las necesidades humanas básicas ni aquella que no logra equipar a sus ciudadanos con las herramientas y oportunidades para mejorar la calidad de vida”. De ahí se concluye que “crecimiento económico sin progreso social resulta en ausencia de inclusión, descontento y conflictos sociales”.
El IPS está construido a partir de tres dimensiones y 54 indicadores. Las dimensiones son las siguientes: necesidades humanas básicas, fundamentos del bienestar y oportunidades. En “necesidades humanas básicas” se ubican los siguientes indicadores: nutrición y cuidados básicos de la salud, acceso a agua y desagüe, acceso a vivienda, electricidad y seguridad; en el segundo pilar, destacan el acceso al conocimiento (educación) y sostenibilidad del ecosistema; en la tercera dimensión de encuentran los derechos básicos, la libertad de elección, tolerancia e inclusión y acceso a educación superior.
¿Cuáles fueron los resultados y dónde se ubicó Perú?
De los 132 países, los 10 primeros (en ese orden) son: Nueva Zelandia, Suiza, Islandia, Países Bajos, Noruega, Suecia, Canadá, Finlandia, Dinamarca y Australia. Estados Unidos se encuentra en el lugar 16. ¿Y los países latinoamericanos? Costa Rica es el mejor ubicado (puesto 25), seguido por Uruguay (26), Chile (30), Panamá (38), Argentina (42), Brasil (46), Ecuador (50), Colombia (52), México (54), Perú (55) y Venezuela (67).
En el caso peruano, en la dimensión “satisfacción de necesidades humanas básicas” (primera dimensión), se encuentra por debajo de 15 países que tienen similar PBI por habitante y un resultado similar se encuentra en acceso a agua potable y desagüe. Filipinas, que tiene un PBI por habitante equivalente a la tercera parte del peruano, se ubica un puesto por detrás del Perú.
¿Qué queda claro? En primer lugar, crecimiento económico es distinto del desarrollo, entendido como una mejora en la calidad de vida, aunque están relacionados; en segundo lugar, no existe una medida única que capture la evolución del progreso social; por lo tanto cualquier índice tendrá ventajas y desventajas (el IPS, por ejemplo, no captura calidad de la educación y la salud); en tercer lugar, el IPS se centra en resultados y no en el proceso que llevó a los mismos; en cuarto lugar, Perú necesita mejorar una serie de aspectos, pero a partir del IPS queda claro que la clave está en la satisfacción delas necesidades básicas: desnutrición, déficit calórico, tasa de mortalidad infantil, muertes por enfermedades infecciosas, acceso a agua y desagüe, electricidad y seguridad. ¿No podríamos construir una agenda a partir de los indicadores mencionados? ¿Por qué no? El hecho que 15 países con el mismo PBI por habitante estén mejor ubicados que el Perú en esos indicadores, demuestra que no es un problema de falta de dinero, sino de, entre otros aspectos, capacidad de gestión y liderazgo político.
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