(Diario Uno, 30/1/2015, p.10)
Todos los años el decano de la prensa nacional no pierde oportunidad en referirse negativamente al informe de OXFAM sobre la concentración de la riqueza mundial y sus efectos. En esta oportunidad el editorial se tituló agrandemos la torta, señalando que la desigualdad no debería ser objeto de atención y lo que importa son la falta de mecanismos para generar riqueza. Como siempre no leyeron bien el citado documento. Ahora OXFAM no sólo presentó evidencia estadística actualizada sino que se orientó a señalar cómo las élites ricas fortalecen sus intereses a partir del lobby en contra del conjunto de ciudadanos. Golpe al corazón a ese poder mediático y económico local.
Una mejor lectura del documento hubiera destacado en positivo muchas de sus recomendaciones. OXFAM plantea, entre otras, la necesidad de hacer frente a la desigualdad extrema, no las diferencias naturales o razonables. Se trata también de pagar a los trabajadores salarios dignos y reducir diferencias desorbitadas con los altos ejecutivos, distribuir la carga fiscal de forma justa y equitativa, subsanar los vacíos legales de la fiscalidad internacional, establecer una base de protección social universal, acceso de todas las personas a medicamentos adecuados y asequibles, y fortalecer el pacto entre ciudadanía y sus gobiernos.
Otra explicación para entender la reacción del decano de la prensa nacional es que ahora está dirigido por abogados con limitados conocimientos en economía y que no creen en la capacidad de regulación del Estado. Al respecto, llama la atención que olviden que el propio Fondo Monetario Internacional en 2014 emitió un documento en que se demostraba que la desigualdad en la riqueza e ingresos en las economías avanzadas se había elevado. Se proponía, entre otras medidas, implantar estructuras de impuestos personales progresivas y reducir las exenciones fiscales regresivas. En el caso de las economías en desarrollo se planteó también extender los sistemas de pensiones no contributivas, insistir en la educación y salud de las familias pobres y mejorar los programas sociales.
Agrandar la torta de la riqueza en una economía real, no es como lo establece el libro de economía estándar (neoclásica). Allí se parte contratando personal y comprando o alquilando maquinaria y equipos. En la realidad y en otras teorías, antes de tomar la decisión se debe evaluar la disponibilidad de recursos financieros y su costo que es la tasa de interés, los precios-costos y márgenes de ganancia, y ante todo la existencia de mercados. Si la distribución del ingreso es muy concentrada el mercado será más pequeño, mientras que si es más igualitaria las posibilidades de ventas serán superiores. Equidad y crecimiento van de la mano, no una después de la otra.
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