Resumen:
En su reciente visita a Lima, Paul Krugman aseveró que “La economía peruana sufre la ‘enfermedad holandesa’ pues está dominada por los recursos naturales, posee una moneda fuerte y tiene una industria manufacturera que no es muy competitiva” (Perú.21). Esta declaración prácticamente pasó desapercibida, hasta que –hace una semana- se dio a conocer un informe del Bank of America de acuerdo al cual “el sol está entre las monedas más sobrevaluadas” (Gestión). Inmediatamente después, el Presidente del BCR declaró tajantemente que “el sol no está sobrevaluado”. ¿Quién tiene la razón? Argumentaremos que, paradójicamente, ambos la tienen, obviamente por motivos distintos.
De una parte, parece que hemos olvidado que ese síndrome de sobrevaluación del tipo de cambio real ya lo venimos sufriendo nuevamente, por lo menos, desde hace cinco años, uno de cuyos síntomas es precisamente la Enfermedad Holandesa. En nuestro caso, ella es consecuencia del ingreso masivo de divisas, principalmente por los elevados precios y/o cantidades de nuestras exportaciones mineras y la paralela explosión de la inversión extranjera directa. La consecuente sobreoferta de divisas reduce el tipo de cambio (soles por US$) y ello perjudica a las empresas de los demás sectores transables, especialmente a los exportadores agrícolas e industriales.
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