(Diario Uno, 22/5/2015, p. 10)
Son muchos los factores que explican que una política económica tenga resultados exitosos. Los aspectos a considerar se refieren a la teoría y práctica de los economistas, pero también se deben considerar otras disciplinas como el análisis organizacional y la administración, la ciencia política, el derecho, la sociología, la historia, las políticas públicas, entre otras. Muchos economistas no estarían de acuerdo con esta perspectiva multidisciplinaria, pero donde si habría consenso es que una institucionalidad adecuada es imprescindible para obtener buenos resultados. Sin embargo, en el Perú en este tema clave hay más retroceso que avance.
La principal reforma del gobierno ha sido la Ley Servir relativa a la carrera del servidor público. Es positiva al priorizar la profesionalización y reducir la improvisación. Sin embargo, hay problemas cuando hay un sesgo hacia la formación de gerentes públicos. Estos son útiles para la implantación de políticas y la gestión pública pero se necesita también de tecnopolíticos (Matus, 1987) que tengan capacidades directivas con una perspectiva multidisciplinaria. El gobierno ha fallado al debilitar los órganos reguladores sectoriales, incluidos el laboral y los ambientales. También se equivoca por no hacer una reforma en serio; opta por crear cada vez más organismos descentralizados semiautónomos en un Estado a todas luces desarticulado.
La existencia de una adecuada institucionalidad garantiza continuidad y estabilidad. El enfoque estándar comprende asuntos formales (forma de gobierno, estado de derecho, sistema judicial, entre otros) y elementos informales (valores culturales, principios éticos, conducta social y otros). Hay que señalar que este enfoque está impregnado de las instituciones políticas occidentales de los últimos siglos y, en lo económico, por elementos como los derechos de propiedad. Las aportaciones de Acemoglu y Robinson (2012) con base en el análisis histórico son clave: la existencia de instituciones económicas y políticas inclusivas son las que conducen al desarrollo y la prosperidad económica.
La primera reforma que debe realizar el próximo gobierno es la del Estado. Se debe redefinir la estructura del Poder Ejecutivo, balancear poderes fortaleciendo el planeamiento, integrar organismos ahora descentralizados, simplificar fortaleciendo, entre otras. Por último, hay que ir trabajando el protocolo de cambio en cada una de las organizaciones del Estado, ya que estas no sólo son estructuras formales o racionales, sino espacios de relaciones humanas y culturales, estructuras de acción, poder y de conflicto con aliados e intereses que pueden apoyar, ignorar o boicotear las reformas que se pretendan implantar, aun cuando estas hayan surgido desde la Sociedad Civil.
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