(Diario Uno, 1/8/2015, p. 9)
Mientras que el Congreso de Colombia acaba de aprobar el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2014-2018 en el Perú seguimos sin Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (PEDN). Ese país, socio estratégico en la Alianza del Pacífico, a diferencia del nuestro, nunca abandonó el rol del planeamiento estratégico. La historia peruana del planeamiento está llena de sinsabores donde destaca su desaparición en 1992 por el MEF y su renacimiento marginal y sin relevancia alguna a partir de 2008. El gobierno actual continúa en la misma línea que los anteriores, ya va su cuarto presidente en cuatro años y el PEDN sigue siendo un documento preliminar para discusión. Colombia tiene mucho que enseñarnos en esta materia.
El PND se aprueba a través de una ley orientada a su implantación efectiva. Este se basa en tres pilares: paz sostenible, desarrollo humano integral y la educación como el más poderoso instrumento de igualdad social y seis estrategias transversales donde se incluye la competitividad e infraestructura, la transformación del campo, buen gobierno, movilidad social, entre otras. No se asustan por mencionar las estrategias regionales para la gestión territorial. En sus primeros artículos se describe el plan nacional de inversión pública y sus fuentes de financiamiento. La ley presenta tanto el programa de inversiones como el detalle de programas y acciones concretas por cada uno de sus seis ejes transversales.
La última versión preliminar del PEDN del Perú es un documento extenso, más cuantitativo que sus versiones previas, razonablemente presentado y con una sección final relevante sobre el país al 2050. Sin embargo, respecto de su versión previa de marzo de 2012 se eliminaron los ejes: reducción de las desigualdades, ciencia-tecnología e innovación e inserción soberana al mundo. También se abandonó las visiones regionales al 2021, la priorización, una presentación administrativa sectorial para que cada quien sepa lo que debe hacer y el establecimiento de necesidades de inversión. Se retoma la visión de país de la versión de 2011 olvidándose que de acuerdo a las encuestas mencionadas en ese documento la prioridad de los ciudadanos se encuentra aún en la problemática económica.
El primer PEDN se aprobó sólo un mes antes que terminara el gobierno aprista. Nadie sabe qué ocurrirá con esta versión preliminar que tiene muchos lugares comunes y menos creatividad. A la par del Plan, CEPLAN y el planeamiento prospectivo estratégico deben ser funcionales al Estado y a la Sociedad. También se requiere de una reforma institucional que le proporcione una posición clave. Si todo esto no ocurre seguirá llegando tarde y no será más que un bello cuadro decorativo avasallado por las urgencias de la coyuntura y la improvisación.
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