(Diario Uno, 29/1/2016, p.10)
Estamos en un periodo de campañas electorales, momento para diseñar y discutir propuestas de todo tipo. En el campo económico hay una que podría significar un cambio positivo profundo en la conducción económica del país. Se trataría de modificar el artículo 84 de la Constitución Política relativo a las funciones del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) preservando su valiosa autonomía y la imposibilidad de financiar déficits del gobierno. El objetivo central sería que el instituto emisor se preocupe más del nivel de actividad económica, en concreto del empleo, a la par que procura una baja inflación y cuando realiza intervenciones en el mercado cambiario.
En términos concretos se propondrían dos elementos. En primer lugar una función adicional a la de preservar la estabilidad monetaria relativa a evitar fluctuaciones negativas de la ocupación y empleo. En segundo lugar, establecer que las intervenciones en el mercado cambiario deben realizarse bajo una perspectiva de mediano y largo plazo, no sólo de corto plazo, evitando daños en el nivel de actividad económica. De esta forma, el BCRP tendría tanto un mandato concreto para hacer política monetaria anticíclica cuando surjan problemas por razones internas o externas, como para evitar que la apreciación de la moneda nacional afecte negativamente a la producción nacional de bienes importables y a las exportaciones.
Algunos podrían pensar que esta propuesta es radical, en realidad no lo es, ya que la Reserva Federal norteamericana (FED) tiene como funciones simultáneas lograr una baja inflación, procurar el pleno empleo y bajas tasas de interés en el largo plazo. Aquí en el Perú con que simplemente se pueda evitar que aumente el desempleo, el subempleo y se reduzca el nivel de ocupación de los trabajadores independientes se tendría un gran avance. La política monetaria anticíclica, cuando se aplica, se hace a escondidas, ya que no hay mandato explícito. En la reciente crisis financiera internacional, la reducción de la tasa de interés de referencia se inició de manera tardía (febrero de 2009) y se justificó por la presencia de una baja inflación. Sin embargo, ¿qué ocurriría cuando hay recesión e inflación simultáneamente?
La política fiscal y monetaria anticíclica son instrumentos ideados por J.M. Keynes en la gran depresión de los años treinta del Siglo XX. Son parte de las reglas de operación de la economía norteamericana y de muchas otras economías desarrolladas. En 2008 evitó que la crisis tuviera una magnitud similar a la del siglo anterior. Es una buena política de Estado para reducir las fluctuaciones de la inversión privada, de la demanda interna y la producción. También contribuye a estabilizar las expectativas propiciando un buen clima para los negocios.
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