(Diario Uno, 27/9/2016, p.10)
Las declaraciones del titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) en la toma de posesión del nuevo encargado de Indecopi fueron desalentadoras. Asimismo, al revisar la trayectoria laboral del citado funcionario queda claro su sesgo a favor de la defensa de los intereses empresariales; nada con relación a la defensa del consumidor o de la libre competencia. La selección y las políticas anunciadas son una mala señal, no sólo por sus probables efectos sobre la economía y sociedad, sino por el mayor riesgo que implica que personas del sector privado sigan defendiendo sus intereses desde el gobierno. Los expertos llaman a estos fenómenos: “captura del Estado” y “puerta giratoria”. El gobierno tenía que ser meticuloso en el tema sabiendo que el titular de la PCM trabajó en una industria con elevada concentración y poder en el mercado.
El Premier señaló que no se contempla proponer una regulación antimonopolio. En concreto, se refería a las propuestas que están trabadas en el Congreso que buscan establecer la evaluación previa de las fusiones y adquisiciones empresariales significativas. Lo anterior, resultaba necesario para minimizar los efectos de la mayor concentración económica que afectan al bienestar de los consumidores, las condiciones de competencia, la eficiencia económica y elevan la desigualdad. También llamaron la atención las nuevas prioridades del gobierno relacionadas con la institución: eliminación de barreras burocráticas, procurar acceso igualitario de todos los ciudadanos a los servicios de la institución y realizar la difusión de sus actividades. ¿Con la difusión se mejora la eficacia institucional?
De partida nuestras autoridades deberían leer el marco normativo institucional donde se prioriza la protección de los mercados ante prácticas que afecten la libre competencia, la defensa del consumidor y los derechos de propiedad intelectual. La eliminación de las barreras burocráticas o promover la libre importación son agregados incorporados a finales del gobierno aprista y continuados en el anterior, que lo han desenfocado. En otros países la reducción de barreras burocráticas y la mejora regulatoria corresponde a otra institución diferente.
Si el desempeño histórico de Indecopi en términos de la defensa del consumidor ha sido mediocre, el de la promoción de la libre competencia ha sido prácticamente inexistente: pocos procesos concluidos y en actividades marginales. Esas circunstancias obligan a realizar una reingeniería profunda tanto de las bases legales para actuar como en el establecimiento de procedimientos más expeditos y disuasivos frente a malas prácticas. La aprobación de una norma para evaluar fusiones y adquisiciones significativas es sólo un primer paso para avanzar en esa dirección.
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