(Diario Uno, 21/11/2014, p.9)
La semana pasada se llevó a cabo la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2014). Allí se congregan los empresarios, el gobierno, la prensa y en algunas oportunidades otros actores sociales y políticos. En esta ocasión el tema central fue: Hagamos del Perú un país del primer mundo. La lista de temas analizados fue amplia, aunque incompleta. Se abordó la lucha contra el crimen organizado, la corrupción, la reforma del sistema de administración de justicia, la descentralización y la mejora de la calidad educativa. A estos temas se sumaron las discusiones sobre el cierre de brechas de infraestructura, facilitación de inversiones y la diversificación productiva. El balance fue de luces y sombras destacando la presentación de Hausmann sobre la necesidad de que la diversificación productiva parta de la base empresarial actual, no desde cero.
Se abordaron temas relevantes como el de la corrupción. Sin embargo, se incidió en aspectos instrumentales como el dotar un mayor número de auditores a la Contraloría General de la República, sistemas de denuncia pública y promoción de códigos de conducta gremial, pero faltó incidir más en la necesidad de establecer una estrategia para construir valores y conductas colectivas contra este fenómeno. Una sociedad mercantilizada, consumista, egoísta, oportunista y sin principios es el caldo de cultivo para estas malas prácticas. Los poderes económicos y mediáticos tienen mucho que aportar.
El gran ausente de la CADE 2014 fue el otro lado de la Sociedad: ¿cómo construir una economía y sociedad más avanzada sin la opinión de los trabajadores dependientes, los independientes, la academia y ONGs?, ¿cómo arribar al primer mundo sin el esfuerzo de las MYPES? Desafortunadamente, en la CADE se generaron un conjunto de propuestas para ellos mismos, pero no para todos. Faltó relievar el reto de mejorar la distribución del ingreso y la equidad, que es central para la estabilidad sociopolítica y el crecimiento económico. Hay que reconocer que las estadísticas oficiales sobre la desigualdad son erróneas. Las encuestas ingreso-gasto de los hogares subestiman el 50% del ingreso personal disponible. El GINI corregido es casi igual o ligeramente superior al de hace cincuenta años atrás.
Tampoco se profundizó en la importancia de la ciencia-tecnología e innovación, en la seguridad energética y alimentaria, en la reconstrucción de un sistema financiero que contribuya al desarrollo productivo, en la mejora de los derechos laborales y la generación de empleos de calidad, entre otros. La endogamia es un problema que surge de la unión o reproducción entre individuos de ascendencia común que conduce a una disminución de la aptitud de la población. Ojalá no sea el caso de nuestros empresarios por el bien de todos.
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