(Diario Uno, 19/2/2016, p.18)
La semana pasada el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) elevó nuevamente su tasa de interés de referencia de 4% a 4.25% anual. Ya es el cuarto ajuste desde septiembre de 2015. Lo llamativo en este caso fue que el aumento se produjo el mismo día en que la presidenta de la Reserva Federal de los EE.UU. declaraba que la elevación de las tasas de referencia en ese país podría continuar pero a una velocidad más reducida debido al menor desempeño productivo al cierre de 2015 y a las turbulencias de los mercados de valores y financieros internacionales.
Teóricamente la elevación de la tasa de interés del BCRP lidera a todas las tasas activas (para los prestamos) y las pasivas (de los depósitos) del sistema financiero. De esta forma, cuando la primera aumenta, todas las otras se elevan reduciendo las presiones de gasto y de demanda a través del consumo y la inversión privada frenando las presiones inflacionarias. Sin embargo, más al detalle, se debe comentar que este circuito no operaría por el lado del consumo privado ya que las tasas de interés pasivas mantienen su record negativo en términos reales en enero de 2016. Es más conveniente seguir consumiendo que ahorrar. Del lado de la inversión privada, las mayores tasas reducen el abanico de buenos proyectos de inversión por el mayor costo de oportunidad del capital. La teoría funciona afectando negativamente las decisiones de inversión.
Es importante señalar que las tasas activas tienden a elevarse más que las pasivas aumentando el spread bancario y con este la rentabilidad de las instituciones financieras. Este es un efecto relievado por Krugman (2015) que se produce a nivel internacional. Entre 2011 y 2013 el spread se elevó en 2 puntos porcentuales a la par que aumentaba la tasa de referencia del BCRP. Con los aumentos recientes de las tasas de referencia entre agosto de 2015 y febrero de 2016 el spread se ha elevado en 0.9 puntos porcentuales de 16.5% al 17.4% (tasas de la SBS). Esto generaría, de acuerdo a la participación del crédito al sector privado en el producto del 34%, mayores ingresos por un monto equivalente a 0.3% del PBI. Nos referimos a US$ 612 millones anuales a favor de las instituciones financieras.
El Perú, según el Banco Mundial, tuvo en 2014 el tercer lugar del spread bancario más elevado de América Latina luego de Brasil y Paraguay. Es el triple del chileno y el doble del colombiano. El sobrecosto para los usuarios del sistema peruano (deudores y depositantes) respecto del colombiano fue de 2.3% del PBI equivalente a US$ 4,522 millones anuales. La inflación no se combate estancando la economía y menos redistribuyendo recursos a favor del sistema financiero. Es hora que el BCRP actúe a favor de la sociedad y no de intereses particulares.
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