(Diario UNO, 9/1/2018, p. 10)
Las asociaciones público privadas (APP) están de moda. Efectivamente, si se diseñan, seleccionan, ejecutan y supervisan con propiedad pueden contribuir a satisfacer el interés público. Lamentablemente en el Perú todavía predominan los criterios ideológicos más allá de los técnicos y el marco normativo actual deja las ventanas abiertas a la corrupción. Sin embargo, existen también APP sin fines de lucro, mismas que podrían ser útiles en sectores como la educación y otras actividades. La Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED) de Costa Rica trabaja ese tipo de APP con muchas enseñanzas. Ojalá que nuestras asociaciones empresariales siguieran este ejemplo más allá de la defensa de sus intereses gremiales.
La AED es una organización sin fines de lucro que está conformada por 140 empresas que trabajan de manera coordinada con la Sociedad Civil y el Estado a través de diversos proyectos de APP. Se creó en 1997 con el objetivo de contribuir a una sociedad próspera, inclusiva, digna y en armonía con el ambiente, a través de un sector empresarial consciente, articulado y comprometido. La AED es el capítulo costarricense de United Way, que también opera en nuestro país pero con tan solo 23 empresas asociadas.
La lista de proyectos conjuntos es larga. Incluye desde promover la internalización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las prácticas cotidianas de las empresas, promover activamente la Responsabilidad Social Empresarial y la ecoeficiencia. El grupo de proyectos sobre diversidad e inclusión comprende implantar una respuesta empresarial para prevenir y evitar la discriminación a propósito del VIH/Sida; asimismo intensifica posibilidades de empleo para las personas con discapacidades, promueve la integración de refugiados del exterior, la inclusión de todo tipo de grupos minoritarios y el empoderamiento económico de las mujeres. Dentro de lo más tradicional hay un programa de impulso al espíritu empresarial a la par que se promueve una red de ángeles inversionistas para convertir esas iniciativas en realidades.
Destacan como proyectos muy concretos el desarrollo y ejecución de clústeres y encadenamientos productivos en la zona económica especial (pobre) de Limón. Un programa para generar oportunidades para jóvenes de 17 a 24 años en condición de pobreza y riesgo social, que se encuentran desempleados o inactivos en el mercado laboral. Por último, se están ejecutando dos proyectos con relación al sector educación: elevar los resultados en matemáticas de acuerdo a la prueba PISA y la implantación de un programa de informatización para el alto desempeño (PIAD) que mejora los procesos administrativos y de seguimiento a los estudiantes en las instituciones educativas del país. Algunos buenos ejemplos para replicar.
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