(Diario Uno, 5/3/2016, p.9)
Es la expresión que habría que asignar para la gestión de la inversión pública de los últimos treinta años en el Perú. Se trata de una variable esencial para el desarrollo sostenible; que es útil para la creación de capacidad productiva, fuente de la demanda interna, inductor de la inversión privada, del crecimiento económico y el empleo, pero donde el saldo es negativo. Tampoco ha sido un instrumento contra cíclico ya que ha sido la variable de ajuste de las finanzas públicas. Mientras el producto perdía dinamismo la inversión pública se reducía disminuyendo su contribución de 5.8% del PBI en 2013 a sólo 5% del PBI en 2015. En 1982 fue 10% del PBI.
No hay planeamiento estratégico. No existe rumbo alguno o prioridades que se plasman en listados casi infinitos de proyectos sin articulación alguna. Ha predominado el criterio de evaluación financiera, no la económica y social. Se ha complejizado la ejecución de proyectos a la par que se simplificaba los de las asociaciones públicas privadas y las obras por impuestos, lo cual ha generado serios problemas de ejecución en los tres niveles de gobierno. Los gobiernos regionales y locales están entre abrumados por las exigencias de un seudo planeamiento y atados de manos. La modalidad de formulación y ejecución de proyectos, por ejemplo de las grandes irrigaciones de la Costa, promovió la concentración de la riqueza y de los ingresos en pocas manos. Domina la opacidad y es el caldo de cultivo a la corrupción.
El problema es grave. Se deben llevar a cabo reformas institucionales profundas, mejorar el sistema nacional de inversión pública (SNIP), establecer nuevas prioridades para la inversión pública y una nueva relación con la inversión privada. De partida hay que dar rumbo creando un Ministerio de Planeamiento Estratégico y Economía donde se incorporen estas actividades. Mejorar e integrar las áreas de planeamiento e inversión pública y privada en los gobiernos regionales y locales. Hay que simplificar el marco regulatorio a la par que se colocan candados inteligentes. ¿Dónde está el banco de proyectos actualizado y pormenorizado del SNIP?, ¿dónde están las bases de datos actualizadas con parámetros de costos, técnicos y económicos para la formulación de proyectos?, ¿dónde están las evaluaciones ex post de proyectos de inversión pública?, ¿cuáles son las prioridades nacionales, regionales y locales flexibles en el tiempo?
Es imprescindible alinear el planeamiento estratégico con las señales de mercado. Hay que pensar en grande con una cartera balanceada y priorizada de proyectos de inversión pública descentralizada. Se debe hacer más inversión y de mucho mejor calidad. La inversión pública es tan importante que no puede continuar en manos del Ministerio de Economía y Finanzas.
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