(Diario Uno, 11/2/2017, p.10)
Las políticas económicas de Trump no sólo son inconsistentes, sino que incuban diferentes modalidades de crisis. Hay inconsistencias en el ámbito fiscal cuando comience a expandir el gasto en infraestructura a través de créditos fiscales y el de defensa a la par de una drástica reducción de los impuestos. Se generan problemas por las distorsiones y sobrecostos de su política proteccionista y de inmigración. También las políticas expansivas serían neutralizadas por la elevación más acelerada de las tasas de interés a cargo de la FED. El viernes pasado a través de dos órdenes ejecutivas a favor del sistema financiero ha abierto la posibilidad de formación y explosión de burbujas en los mercados de activos.
Los tipos de crisis económica que se podrían generar con Trump son tres: descalabro financiero abrupto a partir de una crisis en los mercados de valores, crisis económica progresiva y crisis luego de la formación y explosión de burbujas financieras. Cada una tendría una dinámica y canales de transmisión diferentes. El primer escenario se daría a partir de la explosión abrupta de las expectativas negativas de los diversos agentes económicos. Los ingredientes están listos: acciones y reacciones violentas en el campo económico aderezadas por temas geopolíticos-militares y la psicología de Trump. El segundo escenario implicaría un periodo de maduración más largo, hasta quizás con una ligera fase expansiva, pero al final predominarían los efectos negativos de la política comercial, la expulsión de inmigrantes, las elevación de las tasas de interés, el déficit fiscal creciente y los problemas de financiamiento sobre las políticas de gasto y de reducción de impuestos que le darían aire en el corto plazo.
Las dos últimas órdenes ejecutivas de Trump acaban de abrir la puerta para la tercera modalidad de crisis. La formación y explosión de burbujas financieras podría ocurrir por la combinación de la política fiscal expansiva, la reducción de impuestos y la desregulación financiera que serían su caldo de cultivo perfecto. La reducción de impuestos aumenta la liquidez en los mercados, genera prosperidad temporal, eleva la rentabilidad de las firmas, aumenta sus valores de mercado y aviva la especulación. Sin embargo, esta política de valorización financiera ("financiarización") sería contrarrestada por la política comercial que afectaría los canales logísticos de las empresas.
Krugman (2017) nos acaba de recordar que la desregulación financiera es del gusto de los Republicanos. Se trataría de desarmar la reforma financiera de Obama de 2010 y relajar la responsabilidad de los administradores financieros (“Fiduciary Duty Rule”). El ciclo de manía, pánico y crack de las burbujas descrito por Kindleberger (1991) podría darse más rápidamente de lo normal.
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